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Guía 1

Que es la ética?
Es un tipo de saber que busca orientar la acción humana en un sentido racional. Hay saberes fundamentalmente teóricos, contemplativos, que no les importa en principio orientar la acción, la ética es en esencia un saber para actuar de un modo racional.
Desde los primeros pasos de la ética occidental en Grecia, unos 400 años antes de Cristo, suele realizarse una primera distinción en el conjunto de los saberes humanos entre los teóricos, preocupados por averiguar ante todo que son las cosas, sin un interés explicito por la acción y los saberes prácticos, a los que si les importa discernir lo que debemos hacer, como debemos orientar nuestra conducta. Y una segunda distinción, dentro de los saberes prácticos, entre aquellos que dirigen la acción para obtener un objeto o un producto concreto (como el caso de la técnica o el arte) y los que siendo más ambiciosos, quieren enseñarnos a obrar bien racionalmente, en el conjunto de la vida entera, como es el caso de la ética.

Modos del Saber Ético (Modos de Orientar Racionalmente la Acción)
Estos modos son fundamentalmente dos:
1) aprender a tomar decisiones prudentes.
2) aprender a tomar decisiones moralmente justas.
Obrar racionalmente significa saber deliberar antes de tomar una decisión con objeto de realizar la elección más adecuada y actuar según lo que hayamos elegido. La ética tiene por tarea mostrarnos como deliberar bien con objeto de hacer buenas elecciones. Pero no solo en un caso concreto sino a lo largo de nuestra vida.
La palabra ética viene del término ETHOS que significaba CARÁCTER o MODO DE SER. El carácter que un hombre tiene es decisivo para su vida porque aunque los factores externos los condicionen en un sentido u otro el carácter desde el que los asume es el centro último de decisión.
La ética es pues en un primer sentido, el tipo de saber que pretende orientarnos  en la forja del carácter, siendo consciente de que elementos no está en nuestra mano modificar, transformemos los que si pueden ser modificados, consiguiendo un buen carácter, que nos permita hacer buenas elecciones y tomar decisiones prudentes. La ética se propone como decía Aristóteles, aprender a vivir bien.

Fines, Valores y Hábitos
Tener conciencia de los fines que se persiguen y habituarse a elegir y obrar en relación con ellos es la clave de una ética de las personas y de una ética de las organizaciones. A los modos de actuar ya asumidos  que nos predisponen a obrar en el sentido deseado y que hemos ido incorporando a nuestro carácter por repetición de actos, lo llamamos hábitos.
La ETICA en un primer sentido, es un tipo de saber practico, preocupado por averiguar cual debe ser el fin de nuestra acción, para que podamos decidir que hábitos hemos de asumir, como ordenar las metas intermedias, cuales son los valores por los que hemos de orientarnos, que modo de ser o carácter hemos de incorporar con objeto de obrar con prudencia es decir tomar decisiones acertadas.
El hecho mismo de que existe el saber ético, indicándonos como debemos actuar, es buena muestra de que los hombres somos libres para actuar en un sentido u otro por muy condicionada que este nuestra libertad, porque si “debo” es porque “puedo”: si tengo conciencia de que debo obrar en un sentido determinado, es porque puedo elegir ese camino u otro. De ahí que la libertad va estrechamente ligada a la responsabilidad, ya que quien tiene la posibilidad de elegir en un sentido u otro, es responsable de lo que ha elegido: tiene que responder de su elección, porque estaba en su mano evitarla.
Libertad y responsabilidad son indispensables en el mundo ético pero también lo es un elemento menos mencionado habitualmente: el futuro. La ética necesita contar también con proyectos de futuro desde los que cobran sentido las elecciones presentes. Los proyectos éticos no son proyectos inmediatos sino que necesitan contar con un futuro, con tiempo y con sujetos que por ser en alguna medida libres, puedan hacerse responsables de esos proyectos, puedan responder por ellos.

Ejemplos de Principios Éticos sencillos
  1. Haz el bien y evita el mal.
  2. No quieras para otro lo que no quieres para ti.
  3. No actúes en contra de la naturaleza humana.
  4. Se debe favorecer la dignidad humana.
  5. No vale todo.
  6. El mal no debe hacerse ni para conseguir un bien.
Para muchos la mejor regla ética es ésta: "Amarás a Dios sobre todas las cosas, y al prójimo como a ti mismo". Amar significa desear el bien de modo que esta regla de amor busca el mayor bien para sí mismo, acierta con el bien para los demás y cumple los seis principios anteriores.

El carácter de las personas y de las organizaciones:
En lo que respecta a las personas el saber ético les orienta para crearse un carácter que les haga felices: los hábitos que les ayuden a ser felices serán virtudes, los que les alejen de la felicidad, vicios. La felicidad es el fin último al que todos los hombres tienden y la ética se propone, en principio ayudar a alcanzarla. En lo que refiere a las organizaciones, carecería de sentido empeñarse en que su fin sea la felicidad, porque felices son las personas, no los colectivos. Cada organización tiene una meta por la que cobra sentido, de ahí que sea más importante averiguar cuál es su meta, su finalidad y que sus miembros se esfuercen por alcanzarla, que diseñar un conjunto de reglamentos y normas: el sentido de las actividades viene de sus fines y las reglas solo pueden fijarse teniendo en cuenta los fines. El fin de las organizaciones es sin duda un fin social, porque toda organización se crea para proporcionar a la sociedad unos bienes. Estos bienes se obtienen desarrollando determinadas actividades cooperativas. Los bienes pueden ser internos  o externos  a ella. Porque cada actividad persigue un tipo de bienes que no se consiguen mediante otras, sino que solo ella puede proporcionar (internos) y como es obvio también para alcanzarlos unos medios resultan adecuados y otros totalmente inapropiados. Las distintas actividades también producen bienes externos a ellas porque son comunes a todas o muchas de ellas. En el caso del prestigio, el dinero o el poder, que pueden lograrse desde el deporte, el arte, la empresa, etc. no siendo privativos de ninguna de ellas.