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Tema 5 (II)

Asesoría ética
Como en toda asesoría se trata de la actividad realizada por un experto con el fin de aconsejar a la empresa a partir de sus conocimientos específicos y a instancia de aquella, para orientar la toma de decisiones correctas y legítimas en los diversos ámbitos de su actividad empresarial. El objetivo y rasgo fundamental de la asesoría ética es la mejora de las buenas prácticas empresariales. Una buena práctica se refiere al cumplimiento de las expectativas legítimas depositadas en la empresa, que tienen que ver siempre con el respeto a la dignidad de las partes implicadas, o intereses generalizables. La empresa fiable es aquella que cumple con las expectativas legítimas depositadas en su actividad y de las que depende su legitimidad social.

Niveles de la Asesoría ética
1. El estudio de la estructura general del ámbito moral en contextos diversos.
2. El estudio de las teorías éticas que dan razón de los principios de actuación y sus contextos.
3. El análisis de la competencia proporcionada por la ética aplicada, consistente en la realización práctica de cada caso concreto de las ideas morales, de acuerdo con el sentido o bien interno que la justifica.
4. Conocimiento del trasfondo hermenéutico (de análisis de los niveles de argumentación y deliberación), del contexto para el que la aplicación es un momento de la misma compresión de la realidad social.

La Empresa como institución social
La empresa, además de ser una célula económica, es una célula social. Está formada por personas y para personas. Está insertada en la sociedad a la que sirve y no puede permanecer ajena a ella. La sociedad le proporciona la paz y el orden garantizados por la ley y el poder público; la fuerza de trabajo y el mercado de consumidores; la educación de sus obreros, técnicos y directivos; los medios de comunicación y la llamada infraestructura económica. La empresa recibe mucho de la sociedad y existe entre ambas una interdependencia inevitable. Por eso no puede decirse que las finalidades económicas de la empresa estén por encima de sus finalidades sociales. Ambas están también indisolublemente ligadas entre sí y se debe tratar de alcanzar unas, sin detrimento o aplazamiento de las otras. Así pues, una adecuada concepción de los que es una empresa exige ampliar el concepto de la misma para incluir en él los aspectos que se encuentran más allá del legítimo fin económico.
En tanto que institución económica la empresa es una institución social y una institución social que está construyendo la sociedad y el mundo en que vivimos. Es desde esta concepción desde la que se pueden exigir ciertos comportamientos y responsabilidades a las empresas.
El primer ámbito de actuación de la empresa es el mercado, que es el modo en que la sociedad decide responder a las preguntas de qué bienes producir, cómo producir dichos bienes y para quién producirlos. El mercado es la herramienta que la sociedad utiliza para redistribuir recursos. Cómo institución social, al igual que todas las demás instituciones sociales, la empresa debe proteger la integridad y dignidad de los ciudadanos.
La pregunta por el papel de la empresa o del mercado en el sistema social es, de hecho, una pregunta “política”. Parte de la base que la empresa no es una institución “neutra”, independiente de la estructura social. Por el contrario, está inserta en la sociedad e implicada en su construcción, a la vez que esa misma sociedad incide sobre la empresa. Hay una verdadera interacción entre empresa y sociedad. Ello implica asumir que la empresa no solamente tiene poder económico. La empresa ayuda a configurar el modelo de sociedad. Por ello es pertinente la pregunta por el modelo de empresa que queremos potenciar, pregunta que está en íntima relación con la pregunta por cuál es el modelo de sociedad más acorde con un vivir más justo y equitativo.